La elección de los colores en el arte de pared puede influir significativamente en el estado de ánimo de quienes habitan la casa. Según la cromoterapia, cada color tiene la capacidad de generar una estimulación sensorial específica, creando emociones diversas, tanto positivas como negativas.
Qué es la cromoterapia
La cromoterapia es una disciplina que se basa en el uso de los colores para estimular el cuerpo y la mente, provocando diferentes emociones. Tiene fines terapéuticos y busca mejorar la calidad de vida de las personas mediante el uso de los colores y el estudio de la luz.
Las investigaciones han demostrado que el cerebro interpreta los colores, produciendo reacciones diversas según las tonalidades con las que entra en contacto.
La cromoterapia tiene raíces muy profundas en la historia y en las civilizaciones; ya los antiguos egipcios, hace seis mil años, practicaban terapias curativas basadas en los efectos del color. En sus templos, la luz del sol que entraba se descomponía en los siete colores del arco iris, y cada súbdito podía sumergirse en el color que más se adecuaba a su estado de salud psicofísica en ese momento.
Por lo tanto, la elección de los colores en el arte mural y las láminas decorativas puede influir significativamente en el estado de ánimo de quienes habitan la casa.
Veamos cuáles podrían ser las elecciones de color más adecuadas en nuestro arte mural y láminas decorativas
En nuestros hogares, cada espacio tiene su función y cada persona vive esa función de manera diferente; hay quienes disfrutan cocinar y estar en la cocina y quienes no, hay quienes disfrutan estudiar y quienes no, y así sucesivamente.
Los colores a asociar con cada función y, por lo tanto, con cada ambiente, deben elegirse según criterios precisos que pueden variar de una persona a otra. En estas elecciones, hay que tener en cuenta que ciertos colores favorecen la concentración, otros aportan energía y ganas de hacer cosas, otros más relajan y permiten un buen sueño, y otros incluso tienen efectos sobre nuestra percepción de los olores.
Los principales colores que influyen en el estado de ánimo en el arte mural
Rojo
Es el color que más estimula el sistema nervioso, por lo que debe dosificarse con cuidado, ya que las estimulaciones pueden ser tanto positivas como negativas. De hecho, por un lado, puede estimular el entusiasmo, la pasión y la vitalidad; por otro, puede generar emociones negativas como la rabia, el nerviosismo y la irritabilidad.
El consejo es usarlo en la zona de estar sin exagerar, tal vez en una lámina destacada o en pequeños elementos decorativos como cuadros, cojines, etc.
Amarillo
Este es el color de la alegría, la positividad y el optimismo. En sus tonos más vivos, es perfecto para la cocina o el comedor, mientras que en sus matices pastel puede usarse en todos los ambientes de la casa, desde el baño hasta el dormitorio infantil.
Es muy bonito si se usa en elementos de impacto en la decoración, como por ejemplo una lámina grande, un cuadro o en las puertas de la casa. Tengan cuidado de no usarlo en cantidades excesivas, ya que podría generar una sensación de opresión.
Verde
Este color favorece el equilibrio psicofísico y estabiliza el estado de ánimo. Por eso, es el color perfecto para cualquier ambiente de la casa, ya que produce un efecto calmante, aumenta la concentración y alivia los efectos negativos del estrés.
En los dormitorios, se prefieren los tonos más suaves como el verde salvia, el verde menta y los colores pastel, mientras que en la zona de estar las tonalidades más oscuras aportarán elegancia y energías positivas.
Naranja
Este color estimula la imaginación y la creatividad y favorece la concentración. Se recomienda usarlo principalmente en aquellas zonas de la casa dedicadas al tiempo libre, como la sala de estar. Al igual que el rojo, es un color que tiende a excitar la mente y, por lo tanto, debe dosificarse correctamente solo en algunos elementos decorativos.
Azul
Es el color del cielo y del mar, logra evocar en nuestra mente grandes espacios abiertos y transmitirnos una sensación de paz y armonía.
El uso del azul está particularmente indicado en los baños y dormitorios porque ayuda al descanso y al relajamiento físico después de un largo día de trabajo. Sin embargo, si se usa en tonos demasiado suaves, puede sugerir frialdad y distanciamiento que obstaculizan el sentido natural de acogida que cada casa debería poseer.
Colores neutros
El blanco, el gris, el negro y el marrón pueden cumplir diversas funciones dentro de una habitación.
Pueden ser tonos dominantes, a los que se les puede agregar un color secundario, o pueden integrarse en una decoración dominada por colores fuertes y definidos para equilibrar el ambiente.
Las tonalidades del blanco, como el marfil o el crema, aportan luz y sensaciones de pureza al ambiente.
El gris y el marrón, en sus tonalidades más claras como el beige, el gris perla o el greige, una mezcla entre los dos colores, aportan elegancia y calidez a la habitación.
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